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Reseña: Juego de Tronos


En las tierras de Poniente se respiran aires de guerra. Las distintas casas nobiliares de los antiguos Siete Reinos están sometidas a la paz de un rey que se hizo con el Trono de Hierro por la fuerza; mucho más al Norte, en el Bosque Encantado, al otro lado delMuro, fuerzas misteriosas parecen estarse moviendo, como si antiguas leyendas sobres seres increíbles estuviesen cobrando vida; y mirando hacia levante, al otro lado del Mar Angosto, los últimos miembros del linaje que otrora había gobernado sobre Poniente tratan de buscar aliados entre tribus consideradas bárbaras para recuperar su antiguo esplendor.
Éstas son sólo algunas de las claves con las que arranca Juego de Tronos, el primer episodio de la épica saga literaria Canción de Hielo y Fuego, y que recientemente ha cobrado vida en forma de serie de televisión gracias a la ambición y buen hacer del canal estadounidense HBO.

La épica obra de George R. R. Martin

Aunque el nombre de Juego de Tronos, el del primer libro, haya calado más que ninguno en el público, el nombre de la saga es Canción de hielo y fuego, y se compone desiete libros, de los cuales cuatro ya han sido publicados en castellano, el quinto de momento solo está disponible en inglés, y los dos últimos están todavía por escribir.
En su conjunto, Canción de hielo y fuego va a ser una descomunal obra de alrededor de 7.000 páginas, tras la cual hay un trabajo verdaderamente extraordinario. El mundo creado por Martin es tan extenso y detallado que asombra, y está plagado de centenares de personajes con cuidadas personalidades. Con ello, la trama no puede menos que ser inmensa, y habrá tantas líneas argumentales distintas que cualquiera que no haya leído nada de los libros se asustaría… pero se le pasaría una vez comenzada la lectura, porque todo está tan bien contado, tan bien descrito, y es tan interesante, que la mayoría de gente que lo lee (y hablo desde la experiencia) se convierte al poco tiempo en un experto sobre el tema que estará encantado de debatir sobre él, por algo la fama de ésta saga ha llegado a crecer tanto y su base de aficionados es tan extensa.
Puede que la saga no haga especiales alardes a nivel estilístico, pero es difícil dudar de la maestría de Martin a la hora de escribir, y la narración nunca peca de sobrecargada ni de ininteligible (aunque eso irá en la opinión de cada uno, como tantas otras cosas), además de presentar unas características diferentes en el estilo en función del personaje desde el punto de vista del cual se ven los hechos, y que varía constantemente de un capítulo a otro.

(David Benioff, uno de los directores de la serie, junto a George Martin, que haría un excelente Papá Noel)
Pero sin duda lo mejor de la saga es su envolvente historia, el realismo extremo con el que está contada aunque se trate de un mundo fantástico, la ausencia total de maniqueísmo (aunque puede parecerlo al principio, aquí no hay buenos y malos, cada uno va a lo suyo) y la falta de reparo para tratar escenas violentas o de contenido sexual, lo que eleva aún más el ya enorme realismo que en general se respira. Traición, honor, orgullo, ambición, manipulación, amor, terror… se entrecruzan en constantes intrigas que no pierden interés, al menos en los cuatro libros que hasta ahora he leído. con especial mención al tercero.
Es una opinión estrictamente personal, pero en mi vida he disfrutado tanto con una historia en papel como con ésta, así que, aunque le pueda sacar defectos, esa impresión no me la quita ninguno de ellos.

Las claves de la trama

Es difícil hacer un resumen de todo lo que se cuece en Juego de Tronos desde sus inicios, y más todavía hacerlo sin estropear la trama a la gente que no la conozca, pero voy a dejar unos meros detalles sobre algunas de las claves en las que se apoya el comienzo de la historia, y que se irán desarrollando a lo largo de toda esta primera temporada y de las siguientes.
Los antiguos Siete Reinos tienen desde hace años un único rey, pero el del momento de empezar la saga, Robert Baratheon, es el primero de su dinastía, después de haber derrocado a los Targayren, la familia que había ostentado la corona desde siglos atrás, mandando sobre todo Poniente desde su capital, Desembarco del Rey. Es tradición que el monarca tenga un hombre de confianza que recibe el título de Mano del Rey, y que es el principal de sus consejeros, además de sustituirlo en su ausencia, pero la última mano, Jon Arryn, ha fallecido, y Robert debe buscar una nueva.

(Eddard Stark, en primer plano, y el rey Robert, al fondo, de no muy buen humor…)
Por ello se traslada a Invernalia, ciudad fortaleza situada al Norte y feudo de la casa nobiliar Stark, de cuyo señor, Eddard, es antiguo amigo, además de haber combatido codo con codo en la rebelión que puso fin a la antigua monarquía, y le pide que sea su nueva mano. Pero las cosas no serán fáciles para él, pues la Reina es una Lannister, casa rica y poderosa con una tradicional rivalidad con los Stark, lo que generará graves tensiones por una sucesión de hechos que no harán más que acrecentar el desencuentro entre ellas.
El traslado de Eddard Stark a Desembarco del Rey, y las numerosas intrigas que en la capital acontecen serán el núcleo central de Juego de Tronos, pero se complementa con otros dos. Al Norte de Poniente hay un enorme muro que separa las tierras de los Siete Reinos de lo que hay más allá… unas tierras de invierno perpetuo habitadas por salvajes, y en las que terribles leyendas del pasado parecen estarse convirtiendo en algo más de leyendas, por lo que laGuardia de la Noche, una orden de guerreros que protege el Muro desde hace siglos, vivirá unos momentos de especial inquietud. Y al Este, al otro lado del Mar Angosto, los hermanos Viserys y Daenerys Targaryen (los de la imagen superior), los últimos supervivientes de la antigua dinastía reinante, se están haciendo con el apoyo de algunos poderosos pueblos guerreros de aquellas tierras, con el afán de recuperar su legítimo trono algún día.
Éstas son sólo algunos de los puntos de partida básicos de una historia que irá evolucionando y desarrollándose por caminos muchas veces inesperados, pero para conocer algo más sobre ella os empujo directamente a la serie o los libros, que es bastante probable que os atrapen.

El mundo de Poniente

Además de una trama colosal, con cientos de personajes, líneas argumentales y otros elementos; Juego de Tronos está ambientada en un mundo cuidado al detalle, con una precisa geografía, perfectamente elaborada mucho más allás de lo que sale en los libros, y que una vez más demuestra el cuidado trabajo previo de Martin.
Casi toda la acción se desarrolla en Poniente, una enorme península que presenta gran variedad de climas y terrenos, desde las áridas y calurosas tierras del Sur hasta las frías campiñas nórdicas, pasando por bosques, montañas, valles y archipiélagos
Al Norte de Poniente hay un enorme muro, que separa las tierras “civilizadas” de las de los “salvajes”, según la denominación que le dan los primeros, por supuesto. Lo que hay al Norte del muro es un misterioso territorio poco habitado, siempre nevado, amplios bosques, y fuerzas misteriosas que parecen llevar siglos esperando despertar.
Al Sur del muro están los antiguos Siete Reinos, ahora unificados bajo un único rey, y con cuatro casas que poseen los títulos de “guardianes” de los cuatro puntos cardinales, por delegación del Rey. La Casa Stark guarda el Norte, los Lannister el Occidente, Tyrell el Sur y la Casa Arryn el Oriente. Cada señor de Poniente es abanderado de una de estas casas nobiliares, pero la diplomacia no es tan sencillo, y las traiciones y cambios de bando estarán a la orden del día en estas tierras. Además, tienen su importancia las Islas del Hierro, un archipiélago poblado por rudos guerreros y gobernado por la Casa Greyjoy; y Rocadragón, una isla con una legendaria fortaleza en la que reside Stannis Baratheon, hermano del actual rey.
Finalmente, hacia Oriente, al otro lado del Mar Angosto hay un enorme continente, sin un poder centralizado y con numerosas ciudades Estado y otros poderes, que es donde los últimos Targayren tratan de recuperar su antiguo trono, ahora en manos de un rey al que llaman “El usurpador”.

Gloria a HBO

La tarea de trasladar una historia tan compleja, tan repleta de personajes y con tantas localizaciones al formato de una serie se planteaba titánica. Desde todos los puntos de vista resultaba inabarcable para llevar al cine como por ejemplo se hizo con El Señor de los Anillos, así que la serie en episodios parecía el único formato posible. pero se necesitarían un proyecto demasiado ambicioso, un enorme reparto, gran cantidad de localizaciones, potentes efectos especiales y, por supuesto, un presupuesto mareante.Pocas productoras podrían manejar con éxito un proyecto como éste, y para crear algo que no hiciera honor a la saga era mejor que la historia se quedara en el papel. Por miedo a eso, y como fan de los libros desde hace años, casi prefería que nadie trasladara a la pantalla la obra de Martin, pero cuando conocí el proyecto, y que era HBO la que estaría detrás, me llevé una soberana alegría.
Leyendo los libros desde años antes, muchas veces había imaginado qué estilo le iría mejor a una serie basada en Juego de Tronos, y siempre me había parecido que el mejor referente posible era Roma, también de HBO, y una de las series con más audiencia de la historia de dicho canal (además de la favorita del autor de los libros, curiosamente). Y al final, salvando las distancias de contextos totalmente distintos, Juego de Tronos guarda un notable parecido con Roma en el modo de centrarse en las intrigas entre los protagonistas muy por encima de batallas o acción, en la falta de reparos a la hora de mostrar escenas violentas o de contenido sexual, y en el estilo narrativo en general, entre otros muchos aspectos.
Alrededor de 65 millones de dólares desembolsó HBO para financiar un proyecto que no era precisamente un éxito seguro. Los libros contaban con una base de fans importante, pero absolutamente insuficiente para garantizar buenas audiencias desde el primer día, además de que la ambientación medieval-fantástica de esas características todavía no había dado lugar a una serie de éxito. El primer episodio tuvo una buena acogida, aunque no tanta como muchos habían anticipado. No obstante, la serie fue enganchando a los espectadores y acabó con unos ratings de audiencia muy notables (por ejemplo, en la primera emisión en Estados Unidos tuvo 2,2 millones de espectadores, superando los 3 millones en los últimos episodios).
Está claro que la calidad del producto, que ha sido capaz de atraer a la saga a más gente que los libros en años anteriores, ha sido la principal baza de HBO, y un regalo para todos los que esperábamos que hicieran un trabajo a la altura. Una vez más, no defraudaron, como no lo hicieron con RomaHermanos de SangreLos SopranoThe Wire, Boardwalk EmpireDeadwood

Un casting casi perfecto

Elegir actores para que den vida a personajes de ficción que han calado en las mentes de mucha gente nunca es tarea fácil, y siempre resultan inevitables las quejas de los fans por la consideración de que tal o cual persona no se ajusta a lo que tenían en su imaginación. No obstante, hay castings en los que se pone el grito en el cielo por multitud de elecciones, y otros en los que apenas hay quejas porque ciertas elecciones resulten polémicas, sin duda Juego de Tronos ha sido un ejemplo del segundo caso, algo importante teniendo en cuenta el importante sector de aficionados con los que ya contaba la saga gracias a los libros, y que por lo visto en foros y blogs, han coincidido de forma absolutamente mayoritaria en lo acertado de las elecciones de actores.
Las principales quejas han sido respecto a la mayor edad que muestran algunos de los protagonistas jóvenes, personajes decisivos en la trama como Jon Nieve o Robb Stark, que en teoría tienen 14 y 15 años en los eventos del primer libro, son encarnados por actores de 23 y 24 años, algo que se nota claramente y puede no gustar a los más estrictos, pero en mi opinión ha sido un acierto porque los dos elegidos se ajustan perfectamente a los papeles, y con esa edad cambiará menos su aspecto en futuras temporadas, lo que también vendrá bien si la serie continúa varios años, pues otros personajes más jóvenes crecerán más rápido de lo que los libros exigirían. En fin, que esto es un problema inevitable por el que difícilmente se puede culpar a unos directores que han tomado unas decisiones muy sensatas.
Quitando este aspecto, el único que puede ser un poco polémico, por lo demás para mi todo han sido aciertos. No voy a soltar aquí una larga lista de personajes, porque a los que no conozcáis la serie no os dirán mucho, y los que la hayáis disfrutado sabéis a que me refiero, pero me parece un reparto maravilloso, desde Sean Bean como Eddard Stark, que de algún modo es el protagonista del primer libro, hasta Peter Dinklage como un perfecto Tyrion Lannister, que estaba en todas las quinielas para el papel ya incluso antes de que existiese la serie, todos los actores encajan de forma sobresaliente en sus respectivos papeles. Si a esto le unimos la calidad de las interpretaciones, con presencia mayoritaria de actores británicos, no podemos dudar de que el “factor humano” funciona a la perfección en Juego de Tronos.

Puesta en escena sublime

Además del excelente trabajo hecho con el reparto, la ambientación ha estado a un gran nivel, y eso que el mundo a recrear no faltaban escenarios espectaculares y estructuras colosales. Eso sí, aunque el trabajo artesanal ha sido notable, con multitud de entornos que se crearon con sumo cuidado y detalle, los efectos por ordenador han tenido un papel decisivo, algo que no deja de ser normal hoy en día, pero que a veces da la impresión de que le quitara mérito. En todo caso lo que de verdad importa es el resultado final, y lo ficticio está tan bien ensamblado que en muchos momentos no sabremos si lo que tenemos delante es un set de grabación o algo colocado ahí gracias a la informática. En este vídeo tenéis una buena demostración del impresionante trabajo digital realizado, pero no lo recomiendo a los que no hayan visto la serie o leído el primer libro porque contiene unos cuantos spoilers.

(Como podéis comprobar, el muro no tiene mucho de real…)
Además, al margen de los efectos, aspectos como las localizaciones naturales de Irlanda del Norte y Malta que se eligieron, o los impresionantes vestuarios y otros objetos creados para la ocasión, contribuyeron a completar una apariencia tan apropiada como placentera para la vista, un verdadero lujo que se aprecia en cada escena, en cada plano, un esfuerzo en el detalle que supone la guinda a un guión que ya por sí solo necesitaría de muy poco para salir a flote.

Excelente banda sonora

En una serie llena de épica y de escenas emotivas como es el caso de Juego de Tronos, la música siempre juega un papel decisivo, capaz de dotar de mayor fuerza los grandes momentos, y casi sacarnos una lágrima en las escenas más dramáticas. Desde luego el trabajo realizado para esta serie por Ramin Djawadi, un compositor alemán de la escuela del gran Hans Zimmer, ha sido fantástico, desde la potente melodía que acompaña el genial opening hasta la grandiosa partitura que enciende los ánimos de los espectadores en el tremendo final. No nos encontramos en absoluto composiciones sorprendentes, se trata de una banda sonora que recuerda a la de múltiples películas históricas recientes, pero está perfectamente encajada en las diferentes escenas, y cumple su papel de un modo sobresaliente, tanto en sus notas más poderosas, que aceleran el pulso a cualquiera, como en las piezas más suaves, que marcan el tempo lo lento que el momento haga necesario.
Como muestra, aquí queda el Opening de la serie, del que además tenemos que hacer mención especial por lo laureado que ha sido. Juego de Tronos obtuvo dos premios Emmy, uno por la interpretación de Peter Dinklage como Tyrion Lannister, y el otro a la mejor escena de los créditos iniciales, por el espléndido trabajo de la empresa Elastic, que empleó el mapa de Poniente de un modo muy original y llamativo, en el que las distintas localizaciones (que varían dependiendo del capítulo) surgen como si de una maquinaria se tratase. Juzgadla vosotros mismos.

Hacia la segunda temporada

Desde que se conoció el inicio de este proyecto, la gente ha sido muy escéptica al respecto de que pudiese continuar hasta el final de la historia, y es que, a parte de ser siete los libros que componen la saga de Canción de Hielo y Fuego, todavía quedan dos por salir, y el ritmo de publicación de George Martin en los últimos años no da muchas esperanzas de que vayamos a conocer el final de la trama en breve, lo que complicaría el futuro de la serie en el caso que se extendiese a lo largo de muchos años.
Pero el verdadero miedo de los fans era el de que la primera temporada tuviese un éxito relativo y la serie se quedase ahí. Por suerte, esto no ha sucedido, y tras los datos de audiencia del primer episodio, HBO ya había anunciado la renovación de una segunda temporada, cuyo rodaje ya está bastante avanzado, así que de momento las expectativas son alentadoras, e incluso hay rumores de que podría estar ya casi decidido el rodaje de las temporadas tercera y cuarta, que cubrirían entre las dos el tercer libro (Tormenta de Espadas), especialmente extenso. Así que, además de la magnífica primera temporada, parece que vamos a tener Juego de Tronos (o hablando más correctamente, Canción de Hielo y Fuego) para rato.

En definitiva

Supongo que este post parecerá a algunos un panegírico de Juego de Tronos. No ha sido mi intención, pero reconozco que quizá me cueste ser objetivo porque a los libros los tengo en un pedestal, y la serie, si bien por sus limitaciones no puede llegar a cubrir todo lo que me habría gustado, me ha parecido una verdadera obra de arte, una recreación que incluso los más optimistas difícilmente esperarían, y que me ha emocionado tanto como en su día lo hicieron los libros. De todos modos, aunque como en todo habrá a quien no le guste, el éxito de crítica y la satisfacción general del público demuestran que las alabanzas que se puedan echar a esta serie no son una casualidad.
No me olvidaré de cómo vi el primer capítulo, en Nueva York gracias al concurso que ganamos con la ayuda de todos vosotros, llegando al hotel casi corriendo para poner HBO y disfrutar antes que nadie de la Premiere. Me fascinó. Y de aquel primer capítulo al último, han sido para mi algunos de los mejores momentos que he pasado delante de una televisión, y ya me tarda una segunda temporada… y ojalá muchas más.
Os recomiendo que le deis una oportunidad, porque además es una serie que arranca fuerte desde el primer capítulo. Si éste no os gusta nada, quizá debáis dejarlo, pero a poco que os enganche, lo que venga luego lo irá logrando más y más… como dicen en el Norte, se acerca el invierno…

4 comentarios:

  1. La verdad es que para mi gusto los dos primeros libros son geniales, y el tercero aunque un pelín por debajo también me encantó… pero “Festin de Cuervos” se me hizo bastante largo y pesadote hasta el punto de que aunque hace tiempo que tengo “A dance with dragons” disponible en catalan por 29 euros, aún no me he hecho con él.

    El gran acierto de esta saga es que por un lado rompe con ese aire “naif” de obras como “El señor de los anillos” o “Dragonlance” y especialmente sus personajes buenos o malos, casi todos son muy carismáticos.

    La pega por el contrario, es que quizás acumula demasiada paja.

    Saludotes

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  2. ¡ya lo tengo en casa! pero no he tenido tiempo de leerlo. Espero comenzar pues ya ha llegado la primera temporada a la tienda de video y no quiero verlo sin antes haber leído el libro
    un beso,
    Ale.

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  3. No se por que sigo sin animarme con estos libros
    un besito

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    Respuestas
    1. Estoy leyendo este libro, y me esta gustando mucho.

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